
Las pesadillas no son más que un mecanismo de defensa, la verdad que odias reconocer pero que persiste aunque no lo quieras, acosando desde cada esquina de la habitación, retorciendo tus entrañas en un tortuoso intento de vislumbrar la verdad para que sin más despiertes cuando aún es tiempo. Aunque lo niegues sé que disfrutas del tormento, es casi como un alago a los temores que superaste en la niñez ¿pero qué hay de los miedos que te acosan ahora, en este preciso momento....?. No importa lo que pienses...te deseo unas dulces pesadillas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario